Gestión de la identidad digital: las razones por las que se necesita el IPJ en el mundo

Se trata del único sistema abierto, estandarizado y avalado por la normativa capaz de crear confianza digital entre todas las personas jurídicas en todo el mundo

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Hay un principio fundamental que en ocasiones impide el desarrollo de la economía digital: la confianza. ¿Cómo puede saber una entidad si el proveedor que se encuentra a cientos de kilómetros de distancia es quien dice ser? O bien, en cuanto a las personas físicas, ¿cómo se puede comprobar que la entidad que recibe mis datos personales es quien creo que es? El procedimiento para determinar la identidad legal de un usuario en el ámbito digital se ha convertido en el requisito básico de la vida digital, ya que permite saber «quién es quién» en una comunidad digital.

En 2020, la digitalización de todo tipo de actividades personales y empresariales se ha acelerado, lo que ha sido impulsado en gran medida por los confinamientos regionales y las medidas de distanciamiento social impuestas por los Estados como respuesta a la COVID-19. Las innovaciones digitales en el internet de las cosas, blockchain, computación en la nube y las API abiertas, entre otras, también están impulsando la transformación digital, lo que permite que se hagan propuestas de negocios y que se redefina la forma en que las entidades conectan y contactan entre ellas. Teniendo en cuenta todos estos cambios, cada vez hay más procedimientos e interacciones que se están pasando al ámbito digital y los usuarios tienen que esforzarse más que nunca para acallar las dudas. Por todo ello, la gestión de la identidad digital ahora es mucho más importante,

aunque este ámbito cada vez está más aislado. En una economía digital globalizada, comprobar la identidad de las personas jurídicas, como clientes, socios y proveedores, resulta cada vez más difícil y supone un coste cada vez mayor. Por ejemplo, en una encuesta organizada por GLEIF (consulte los enlaces correspondientes a continuación) se constató que el 50 % de las entidades financieras utilizan, de media, cuatro identificadores para poder identificar a sus entidades clientes. Incluso dentro de una misma jurisdicción, es bastante común que coexistan varios sistemas de identificación, que a menudo facilitan información contradictoria.

A la larga, esta fragmentación dará lugar a que los usuarios se frustren y tengan que asumir costes más elevados al tener que establecer su identificación una y otra vez en diferentes redes. Asimismo, puede dar lugar a monopolios de empresas que tengan la capacidad para crear las redes más amplias y rápidas, normalmente con plataformas propias y sin tener en cuenta la utilidad de las normas.

El IPJ: una propuesta formidable y única para la gestión de la identidad digital

Estas condiciones ofrecen una oportunidad única para que el Sistema Global del Identificador de Personas Jurídicas dé un paso al frente y desempeñe una función esencial que propicie estos procesos. El Identificador de Personas Jurídicas (IPJ) es un código alfanumérico de 20 caracteres que se basa en la norma ISO 17442 y se conecta a información de referencia clave para permitir una identificación clara y única de personas jurídicas, sociedades y organizaciones que, en su conjunto, se denominan «personas jurídicas». Ideado para ofrecer un mayor nivel de transparencia para las autoridades y sectores de todo el mundo, el Sistema Global del IPJ permite tanto emitir IPJ como facilitar el acceso abierto y sin restricciones a los datos del IPJ a escala internacional.

En otras palabras, el Sistema Global del IPJ es el eje que conecta los puntos en todo el universo de identificación de personas jurídicas y resuelve el problema de la confianza para todas las personas jurídicas en todo el mundo. Esto supone que el IPJ cuenta con una capacidad única extraordinaria para permitir la transformación digital de un modo que sea verdaderamente interoperable para todo el mundo.

Como sistema validado a nivel reglamentario y supervisado por el Comité de Supervisión Normativa del IPJ (CSN IPJ) (consulte los enlaces correspondientes a continuación), se trata del único sistema que establece una identidad global reconocida, controlada y normalizada para personas jurídicas, vinculada al sistema de identificación nacional de la entidad.

Además, está basado en datos abiertos (consulte los enlaces correspondientes a continuación), lo que significa que cualquier persona o empresa puede acceder al IPJ y a sus datos de referencia asociados. Esto impide el bloqueo de usuario para todos los proveedores y consumidores por igual. Asimismo, el sistema sirve de puente entre los procesos tradicionales y virtuales actuando como herramienta para identificar a la contraparte en cualquier operación y puede aportar también datos sobre personas jurídicas almacenados en registros.

A medida que la economía global sigue haciéndose digital, resulta esencial solucionar los problemas relacionados con la gestión de la identidad digital. Parte de ese esfuerzo está representada por la capacidad para identificar fielmente a las personas jurídicas. Solo al generar confianza entre las personas jurídicas se podrá hacer realidad un mundo digital con sus verdaderas ventajas. Afortunadamente, ya contamos con ese tipo de soluciones. Ahora nos toca ponerlas en marcha como corresponde.

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