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Una historia de transformación: el reposicionamiento de marca de la GLEIF mira a un futuro crucial en la identidad empresarial

En este blog, Ines Gensinger, Responsable de Comunicaciones Corporativas Globales de la GLEIF, analiza la previsión de recuperación de la economía global posterior a la pandemia y reflexiona sobre el papel fundamental que desempeñará el IPJ como sistema universal de identidad empresarial.


Autor: Ines Gensinger

  • Fecha: 2022-07-19
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A medida que el mundo se digitaliza, los procesos de identidad también deben ser digitales con el fin de que las personas jurídicas sean capaces de crear confianza sin necesidad de la intervención del ser humano. No hay tiempo que perder: la confianza en la autenticidad digital escasea. Cybersecurity Ventures estima que el daño global provocado por la ciberdelincuencia podría alcanzar los 10,5 billones de dólares para 2025 y los ciberataques son solo una de las muchas amenazas que existen. El problema de fondo es que puede resultar complicado determinar si algo es verdaderamente auténtico cuando aparece en línea. Puesto que las cadenas de suministro están progresivamente más extendidas y son cada vez más complejas, la necesidad de mecanismos que generen confianza y se puedan verificar digitalmente crece día a día. Las identidades digitales globales, estandarizadas y seguras, como el Identificador de Personas Jurídicas (IPJ), despeñan un papel fundamental.

A medida que las economías del mundo se recuperan de la pandemia, también lo harán sus PIB, ayudados por un desarrollo acelerado y la adopción de tecnologías y procesos digitales. Según el Centre for Economics and Business Research, con sede en Londres, la economía global alcanzará los 100 billones de dólares en 2022 en lugar de en 2024. Sin embargo, el camino hacia la prosperidad es largo e intrincado. Las empresas de todo el mundo deben hacer frente a toda una serie de retos, entre los que se incluyen un mayor riesgo inflacionista, la crisis energética global y la necesidad, aún por satisfacer, de una identidad digital segura, estandarizada y reconocida a escala universal.

Consciente de esto y de que los beneficios para la gran mayoría de las comunidades empresariales aumentan en línea con la creciente adopción del IPJ, la GLEIF ha evolucionado y ha tomado un nuevo rumo estratégico: impulsar la adopción del IPJ por parte de las personas jurídicas de todo el mundo y fomentar una utilización voluntaria más amplia de los IPJ más allá de los escenarios de uso que exige la legislación. Y lo hará de forma que posibilite una entidad global, proteja la confianza y fomente la transparencia en una economía global que se digitaliza a pasos agigantados.

Si bien la visión de la GLEIF sigue siendo la misma («una identidad global para cada empresa»), la organización se encuentra inmersa en un proceso de transformación como respuesta a este nuevo rumbo. Está expandiendo sus horizontes más allá del uso regulado del IPJ y profundizando en su compromiso de ayudar a las empresas a comprender cómo puede el IPJ aportar una mayor confianza, eficiencia y transparencia a cualquier sistema de gestión identitario en cualquier sector, ya sea en línea o fuera de ella.

Con el objetivo en mente de ayudar a contar la historia de cómo las tecnologías están transformando la forma en que las personas, las empresas y los gobiernos deciden cómo interactuar y confiar, la GLEIF se ha sometido a su propia transformación. Consciente de todo esto, la fundación ha modernizado la forma en la que se presenta ante el mundo. Como custodio oficial de los registros y la red subyacente que hace posible interacciones responsables entre personas jurídicas de todo el mundo, la GLEIF necesitaba una identidad de marca limpia y renovada, incluido un logotipo y un eslogan nuevos, que permitiera reflejar la diversidad y aplicabilidad universal de la organización tanto en el mundo digital como en el mundo desconectado. Si bien es posible que las características externas de la identidad de la GLEIF hayan cambiado, el objetivo principal de su misión siguen siendo el mismo: crear una confianza duradera y verificable entre las personas jurídicas de todo el mundo.

Como muchos relatos sobre el origen de las cosas, la historia de la GLEIF surgió de la adversidad. Tras la crisis financiera de 2008, las autoridades reguladoras de todo el mundo se mostraron de acuerdo en que si querían evitar que esa situación se volviera a repetir era necesaria mucha más transparencia en los mercados financieros. Su falta de visibilidad había quedado expuesta de forma más que evidente, especialmente en lo relativo a las personas jurídicas que operaban en los mercados de capitales, lo que hizo que resultara casi imposible valorar, y mucho menos gestionar, el riesgo económico a escala global. A lo largo de los años posteriores, el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) trabajó codo con codo con los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los 20 (G20) en el desarrollo de una forma universal de identificar a las personas jurídicas que participan en transacciones financieras. Este trabajo de colaboración fue el que dio origen a la GLEIF, una organización supranacional sin ánimo de lucro encargada de regular y apoyar la implementación y el uso del IPJ. Un sistema de identidad empresarial realmente universal respaldado y supervisado por el G20, el FSB y el Comité de Supervisión Regulatoria (ROC), un grupo de autoridades públicas de todo el mundo.

Desde el principio, los impulsores de la iniciativa del IPJ han hecho hincapié en la necesidad de que el IPJ se convierta en un «bien público global». Hasta ahora, ese «bien» ha sido evidente, sobre todo en los mercados financieros globales en los que su uso ha sido ampliamente obligatorio, dando lugar a esa transparencia que tanto se necesitaba. En la lucha contra el blanqueo de capitales, la financiación del terrorismo y otras formas de delincuencia financiera, más de 200 autoridades reguladoras financieras exigen ahora el uso del IPJ a las personas jurídicas que participan en los mercados de capitales. Hoy en día, más de dos millones de personas jurídicas de todo el mundo se identifican a sí mismas a nivel internacional utilizado un IPJ.

Impulsar la adopción voluntaria en todos los sectores

Con el fin de fomentar la adopción voluntaria del IPJ, la GLEIF está haciendo que a las organizaciones les resulte más fácil y beneficioso obtener un IPJ, al tiempo que crea una justificación empresarial para que las organizaciones con la necesidad implantar prácticas de identidad validadas y verificadas incorporen el IPJ a sus propios procesos de integración. Esto lo hace en colaboración con las partes interesadas del ámbito de la identidad y su red de organizaciones emisoras de IPJ, desarrollando y expandiendo su actual ecosistema para eliminar las barreras económicas y operativas al uso del IPJ.

Y lo que es más, como el único sistema de identificación de personas jurídicas del mundo abierto, estandarizado y respaldado por las autoridades reguladoras, el potencial del IPJ para ser un «bien público global» más allá de los mercados de capitales y las exigencias regulatorias es muy amplio. Ese potencial reside en su capacidad para permitir a los participantes del mercado beneficiarse de la abundante información disponible en el Índice del IPJ Global, el banco de datos de registros de IPJ únicos que la GLEIF pone a disposición de todo el mundo de forma gratuita. Esto significa que cualquier tercero, desde un consumidor interesado a un supervisor regulador, puede comprobar desde cualquier parte del mundo en una fuente de datos legítima y verificada si es cierto o no que una empresa es quien dice ser.

Los casos de uso son incontables y variados. Entre ellos destaca la utilidad del IPJ para facilitar el crecimiento en el marco del comercio global. Establecer relaciones de colaboración transfronterizas en el ámbito de las cadenas de suministro suele convertirse rápidamente en un proceso largo y tedioso debido a las complejidades logísticas y lingüísticas asociadas a la realización de comprobaciones de diligencia debida respecto a socios extranjeros. La identificación de las personas jurídicas con el IPJ, un mecanismo numérico y estandarizado a escala global, mitiga dichas complejidades al racionalizar el proceso, lo que permite firmar contratos rápidamente y realizar pedidos, de modo que el comercio transfronterizo prospere.

Facilitar la identidad digital

Otra forma en la que la GLEIF está creando y ampliando el valor que ofrece el IPJ como herramienta de gestión de la identidad empresarial a todas las entidades de cualquier parte del mundo es mejorando su aplicabilidad única en el mundo digital. Para dotar y capacitar a la economía global en este sentido, la GLEIF aprovecha las tecnologías existentes, tales como los certificados digitales, y un nuevo modelo de identidad empresarial descentralizada para permitir a las empresas de todo el mundo utilizar el Sistema Global de IPJ para identificarse y verificar la autenticidad de contrapartes sin necesidad de intervención humana. En ambos casos, se han creado normas ISO que hacen posible una implementación uniforme a escala global, las pruebas de concepto específicas de los distintos sectores están evolucionando rápidamente y la red de socios de la GLEIF, conocidos como las organizaciones emisoras de IPJ, está creciendo y diversificándose en previsión de la futura demanda.

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Sobre el autor:

Ines Gensinger dirige las comunicaciones corporativas globales de la Global Legal Entity Foundation (GLEIF) desde 2019. Antes de incorporarse a la GLEIF, fue Responsable de Comunicaciones Corporativas y con el Consumidor en Microsoft Alemania. En 2006 inició su carrera en Microsoft Alemania como Directora de Relaciones Públicas de Servidores y Herramientas.

Es una de las líderes de opinión en el debate sobre el liderazgo digital y autora de «Digital Leadership - Netzwerk schlägt Hierarchie», publicado en 2017. Ha creado una sólida red de abanderados procedentes de la empresa, la sociedad y el mundo académico. Ines sabe que la transformación digital comienza con la participación de todos. Para ella, la inversión más importante en la transformación digital es en las personas y el papel de líder digital es fundamental.

Ines Gensinger es máster en sociología y filología alemana con especialización en medios y comunicación por la Universidad de Mannheim.


Etiquetas para este artículo:
Global Legal Entity Identifier Foundation (GLEIF), Identidad digital, Razones comerciales del IPJ